Hace aproximadamente dos años, se me antojó por mi cumpleaños "Escuela de belleza de Kabul". Culpo a este libro por ser el que me despertó ese interés y esa predilección que tengo hacia Afganistán y todo lo que tenga que ver con su cultura.
Deborah Rodriguez, la autora del libro, narra sus gratas (y no tan gratas) experiencias al tomar la decisión de partir hacia Afganistán con el fin de poder aportar algo de provecho a sus gentes. Tras marchar con una ONG en la que prácticamente se sentía inútil, se le ocurrió la idea de abrir una escuela de belleza en la que las mujeres afganas pudieran aprender un oficio para en un futuro abrir su propio salón y mejorar las condiciones económicas de la familia.
Tras numerosas idas y venidas de E.E.U.U a Afganistán y viceversa, logró su objetivo y consiguió abrir una escuela que poco a poco fue cogiendo fama por todo Kabul, graduándose así varias promociones de alumnas.
La escuela acabó por convertirse en un lugar donde, a parte de aprender, las mujeres se sentían libres lejos de la vista de los hombres y podían hablar de sus intimidades sin tapujos, reir en alto, ser coquetas, bromear, y olvidarse de las penurias que las rodeaban.
Me ha parecido una historia muy curiosa que acerca un poco más a la realidad afgana. Es escalofriante que prácticamente todas y cada una de las alumnas de Deborah sufrieran maltratos físicos por parte de sus maridos. Recomiendo el libro por la simple razón de que muestra aspectos desconocidos de este bello país que nunca he leído en ningún otro libro.
Aunque, sin embargo, tiene un "pero". Claramente se ven las buenas intenciones de Deborah Rodriguez al querer aportar su granito de arena, de hecho no ha aportado un granito, sino una playa entera. El problema es que no ha tenido en cuenta la mentalidad afgana al relatar las historias de sus alumnas con pelos y señales, incluyendo sus nombres y mostrando a los medios alguna que otra fotografía. Esto ha hecho que muchas de ellas fueran tachadas de prostitutas, o incluso fueran amenazadas de muerte.
Otro pequeño detalle que no me gustó mucho fue su repentino matrimonio con Sam, un ex seño de la guerra al que sólo lo conocía de unos pocos días. Según ella, para no sentirse sola y recibir cariño. Casarse con un desconocido, para mí, es como jugar con el fuego...
Con Sam, el que fue su marido durante su estancia en Afganistán. Pertenece a la etnia uzbeka y luchó en la facción muyahiddín de Dostum durante la guerra contra los soviéticos y la guerra civil.
Debbie, junto con otras peluqueras, ha hecho un documental sobre las escuelas de belleza afganas. El trailer tiene muy buena pinta ¡pero no consigo encontrar el documental completo por ningún lado!
¡Que disfrutéis! :)
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4 comentarios:
Hola guapísima :)
Este post me ha parecido muy interesante, la verdad es que encontrar gente que quiera promover que las mujeres sean independientes, o al menos en este caso un poco más independientes. Pero hay muchas cosas que no me cuadran en la vida de esta mujer, ¿a qué viene lo de la boda? Lo de que se sentía sola lo siento pero no me lo trago, hay muchas maneras de no sentirse sola y espero que no lo hiciera por lo único que se me viene a la cabeza, porque me parecería demasiado estúpido (perdona que no diga así). Otra cosa que no entiendo es que cuando tú escribes acerca de personas que reciben vejaciones y maltrato, como esas mujeres, lo mínimo que debes hacer es cambiarles un poco el aspecto al describirlas y por supuesto cambiar nombres y hechos reconocibles. No entiendo su postura, ¿qué buscaba?.
Para algo que hizo bien la señora Mahmoody... (protagonista del libro ''No sin mi hija'', probablemente uno de los más conocidos de esta temática y que lo siento pero no puedo tragar).
Bueno, ya me he desahogado. Wow, lo siento jajaja. Muchos besos para ti.
Hola, Rouxie! :)
Pues sí, fue tremendamente incauta... Incluso una de ellas se tuvo que mudar a Pakistán... Pero bueno, se nota la forma de pensar de la mujer nada más leer la primera página (no es de gran calidad literaria, pero es entretenido). Se nota al leerla como si fuese demasiado "ñoña", no sabría cómo explicarlo sin que sonara mal. No dudo de sus buenas intenciones, pero para estas cosas, y más en Afganistán, hay que tener mucho cuidado y vigilar bastante las palabras.
Yo tampoco me creo la historia de Betty Mahmoody! www.youtube.com/watch?v=_W2SUn1ZNU0 Aquí hay un documental que saca a los personajes de la película y sus versiones no tienen nada que ver con los de Betty. Pienso que fue una trepas que se aprovechó del tirón de haber estado casada con un iraní y haber vivido un tiempo en Irán. Hay detalles de la película que me causaron risa de lo falsos que se veían. Además, la película estaba dirigida por el mismo hombre que dirigió "Expreso de Medianoche", con eso te lo digo todo!
Muchos besos!!! :)
¡Está usted muy perdida señorita! ¿Muchos exámenes?
Rouxie!!!!! Sí, muchísimos! Un asco para los que tenemos la memoria escasa :D
Un beso, danesita! :)
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